Una de las muchas dudas que han surgido en el complejo proceso de regulación del sector de cuidadores de dependientes tiene que ver con la figura del asistente personal, el cuidador contratado por un dependiente en el hogar. ¿Están o no obligados a acreditar un determinado nivel de formación? El Gobierno Vasco sí los ha incluido en el registro habilitado, y de hecho las diputaciones han remitido al colectivo una carta por escrito para hacerles saber la obligatoriedad del trámite. Pero en paralelo al proceso de profesionalización de todo el sector, se está también debatiendo la regulación específica de la prestación para contratar a un asistente personal (PEAP), pendiente de desarrollo normativo, como explican desde el Departamento de Empleo y Políticas Sociales del Ejecutivo autónomo.
Aunque pueda resultar un asunto meramente administrativo, el acuerdo que deberán sellar las comunidades y el Ministerio, y para el que se ha creado un grupo específico de estudio, puede tener consecuencias directas sobre el grado de desarrollo de esta prestación en Gipuzkoa. Sobre la mesa está definir qué modelo aplicar: uno del que se puedan beneficiar la mayor parte de las personas dependientes que así lo soliciten o solo vincular esa figura al programa de apoyo a la vida independiente de personas discapacitadas.
Gipuzkoa es, con diferencia, el territorio que mayor impulso ha dado a esta subvención en todo el Estado, con una interpretación expansiva de la Ley de Dependencia, que ha permitido, entre otras cosas, que puedan acogerse a esta ayuda no solo los grandes dependientes, como ocurre en algunas comunidades autónomas, sino también los de grados más leves, lo que ha repercutido en el aumento de la demanda registrada. En dos años, las ayudas se han duplicado para este modelo de atención a la dependencia.
Nicho de empleo
A finales del año pasado, el 69% de los perceptores de prestaciones por dependencia en Gipuzkoa (11.135 personas) cobraban la ayuda que se paga por el cuidado a cargo de un familiar, frente al 30% (4.825) que recibe la subvención para contratar a un asistente personal, una ayuda entre los 300 y los 833 euros al mes, en función del grado de dependencia y de las horas contratadas.
El gobierno bipartito del PNV y PSE sigue apostando, como también lo hizo Bildu en la anterior legislatura, por promocionar esta figura que permite además generar nuevos puestos de trabajo vinculados al cuidado de las personas, un nicho de empleo que se traducirá en 1.800 contratos de aquí a 2019, según las estimaciones hechas por el Departamento de Política Social.
Prácticamente casi todos los asistentes personales son mujeres (95%). La mitad son inmigrantes y la edad media es de 45 años. En la mayoría de los casos (87%) es la propia persona dependiente la que contrata directamente a su asistente, y el 13% restante es una empresa la que ofrece el servicio.
Vía: Diario Vasco