Otro gobierno aragonés que hipoteca a los dependientes

El mantra del “y tu más” se vuelve en contra de sus principales inductores y seguidores fieles que hicieron de este lema un “leitmotiv” durante la anterior campaña electoral.

No hay que olvidar que el partido que actualmente gobierna en Aragón, utilizó de forma sistemática y machacona este lema en las campañas electorales, alegando que los anteriores gobiernos habían dejado un infecto legado de facturas arrinconadas y olvidadas en los rincones más profundos de los cajones de las instituciones donde habían estado gobernando.

Ahora, ante un tema tan sensible como la ley de dependencia, la noticia de que el actual gobierno utiliza los mismos métodos que, supuestamente, utilizaban sus predecesores.

El hecho de que la consejería de sanidad del gobierno de Aragón, a través del consorcio aragonés sanitario de alta resolución (CASAR), acumule irregularidades económicas, según el informe de la cámara de cuentas sobre los consorcios en 2012 y 2013, llama poderosamente la atención en un gobierno, el de Aragón, empeñado en aplicar las políticas con una alta dosis de eficiencia y prontitud, sin importar las consecuencias que dichas políticas lleven consigo.

No es un hecho nuevo, que en temas de recortes tanto económicos como sociales, el gobierno actual, igual a nivel estatal que a autonómica, se ha cebado en la escala social más sensible, es decir, en los temas económicos y sanitarios de las personas dependientes, haciendo mas difícil el día a día a todas aquellas personas que necesitan diariamente dichas ayudas gubernamentales para subsistir algo que, no olvidemos nunca, recoge la constitución española que tanto les gusta invocar a las actuales instituciones políticas tan ajenas a la realidad como inservibles en cualquier gestión.

Porque no hay que olvidar que la mala gestión y desempeño en las funciones, para las cuales han sido elegidos democráticamente, debería llevar en un país, que se jacta de solidez y madurez política, consecuencias inmediatas como las dimisión y sustitución de aquellos cargos que han demostrado su incapacidad para desempeñar esos cargos que se les ha asignado.

No estamos hablando de cuántos coches oficiales hay o cuán fuerte sopla el cierzo en días de invierno, estamos hablando de ayudas a personas que no han elegido ser dependientes para poder vivir dignamente recibiendo ayudas, que sus gestores políticos olvidan, recortan e ignoran de forma sistemática, desde que el mantra de la crisis se incubó en nuestras cabezas.

La tan denostada crisis sirve de escusa perfecta para aplicar una y otra vez políticas que discriminan, marginan y dañan a aquellas personas más vulnerables, precisamente aquellas a las que se recurre cada cuatro años para conseguir su confianza.

Sería una irresponsabilidad por nuestra parte olvidar, que en temas de dependencia y salud, todos somos los perjudicados, puesto que todos tenemos familiares, amigos e incluso nosotros mismos, nos podemos ver en cualquier momento de nuestra vida, necesitados de algo tan básico como la ayuda por la “Ley de dependencia”, repito , nunca deseada por la persona que lo padece.

Es por ello que los cargos políticos que gestionan estas ayudas, al incumplir su parte del contrato social que supone la toma de posesión, deberían dimitir, o sus superiores, quienes los han nombrado, pero estamos instalados en un sistema actual que premia a aquellos que no cumplen sus promesas políticas y sociales, a la vez que nunca exige responsabilidades para quienes no las cumplen, ni sus superiores.

Llama la atención observar, como las instituciones gubernamentales de esta comunidad están mas pendientes en cumplir las órdenes que llegan desde Madrid, sin importar las consecuencias que tendrán en los ciudadanos de su comunidad, que en gobernar por y para sus conciudadanos, lo que lleva a pensar que algunos responsables políticos de esta comunidad, tienen su punto de mira en la capital, en vez de desempañar de manera correcta y eficaz la función para la cual han sido elegidos.

El tema de los recortes, especialmente en dependencia, no solo atañe a la salud, también a la dignidad y moral de un pueblo que no se siente gobernado, sino insultado, vejado y ultrajado por una clase política y social que aplaude que un antiguo jefe de estado proclame su fidelidad a una conocida ganadería y fiesta nacional y que hipotecan a sus mayores y personas con discapacidad para promover y fomentar la agonizante tauromaquia de nuestra comunidad.

Olga García Sanz, Coordinadora del Partido Animalista PACMA en Zaragoza | Para AraInfo

Fuente: Arainfo

Scroll al inicio
Ir al contenido