El coste de un familiar dependiente para la economía doméstica

De acuerdo con la legislación española, tener responsabilidades o cargas familiares hace referencia a las personas a las que debemos mantener: puede ser nuestra pareja, uno o varios hijos «naturales, adoptados o en acogida» menores de 26 años, o una persona discapacitada.
sillas de ruedas

De acuerdo con los últimos datos del INE, correspondientes al tercer trimestre de 2014 , en España la población activa, formada por aquellos que están en condiciones de estar dentro del mercado laboral, es de 23 millones de personas. De ellos, 17,5 millones de personas tienen trabajo y 5,4 millones están desempleados (un 23,7%).

La población española se aproxima a los 47 millones de personas, de forma que se estima que hay unos 24 millones de españoles que dependen de los otros 23 que trabajan o están buscando un empleo.

Por un lado, las personas mayores de 16 años que ni están ocupadas ni paradas son las que definen la población inactiva, formada por estudiantes, jubilados e incapacitados. De acuerdo con el barómetro Idescat, que cruza datos entre España y Cataluña, en el último trimestre de 2014 la cifra de población inactiva en España es de 15,6 millones.

A día de hoy hay 2,67 millones de españoles ocupándose a tiempo completo del cuidado de familiares mayores de 15 años que están necesitados de una atención especial. Este dato procede de una encuesta del INE sobre conciliación laboral y familiar en la que también se indica que quienes tienen personas con problemas a su cargo suelen verse obligados a dejar de trabajar o hacerlo sólo a tiempo parcial. Además, hay un mayor porcentaje de mujeres que de hombres en esta situación.

Una unidad familiar en la que hay un miembro dependiente se enfrenta a una serie de gastos fijos que en algunos casos, no pueden ser cubiertos sin ayudas económicas del Estado, e incluso si las reciben, tampoco resulta fácil cuadrar las cuentas. En estos casos, la herramienta de Fintonic puede ser de gran utilidad, ya que clasifica automáticamente qué se gasta, en qué conceptos y con qué periodicidad, incluyendo el desglose de las partidas sanitarias.

Lo que dictamina la Ley

El último informe de la Asociación de Directores y Gerentes en Servicios Sociales, que puedes consultar en este enlace, indica que hay 8 millones de españoles que reciben atención de los Servicios Sociales a nivel local, regional o estatal.

En los últimos años, el gasto en servicios sociales ha bajado un 13,3%, siendo de 306,91 euros por persona al año. A nivel autonómico, la única región que ha mantenido su media ha sido La Rioja; el resto ha recortado las ayudas. En España se han dejado de destinar 2.100 millones de euros a la dependencia en tres años.

El texto legal que recoge las normativas relacionadas con la dependencia es el Decreto Ley 20/2012, de 13 de julio. En su última modificación, se redujo a tres el número de grados en los que clasificar a los dependientes, homogeneizando las diferentes clasificaciones que había por región. Esto provocó que muchas personas quedasen fuera del espectro de ayudas, además de disminuir su cuantía. También la Ley estableció que cobrar una prestación por dependencia es incompatible con la posibilidad de recibir una ayuda a domicilio de carácter público, que tiene un máximo de 26 horas al mes.

Grados de dependencia

En primer lugar se tiene que evaluar el grado de dependencia.

– Grado I, dependencia moderada: se da cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades de la vida diaria al menos una vez al día o tiene necesidades de apoyo de forma intermitente.

– Grado II, dependencia severa: indica que esa persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas, pero que no requiere el apoyo permanente de un cuidador.

– Grado III, gran dependencia: cuando la persona necesita ayuda para realizar prácticamente cualquier actividad cotidiana; se trata de alguien que ha perdido autonomía física, mental, intelectual o sensorial y por ello precisa el apoyo indispensable y continuo de otra persona.

Cuanto mayor es el grado de dependencia, mayor es la prioridad para recibir ayudas o asistencia. También es lógico asumir que cuanto más dependiente es la persona, más gastos asociados conllevará su atención para su familia.

La Coordinadora Estatal de Plataformas en Defensa de la Ley de Dependencia indican que en España hay más de 200.000 dependientes que no han cobrado aún sus prestaciones a pesar de que ya se las han asignado formalmente.

Gastos fijos para la familia

En los casos de Grado III y también en algunos de Grado II, se hace prácticamente indispensable que haya una persona dedicada al cuidado de la persona con problemas la mayor parte del tiempo.

Con la normativa de 2012 los denominados 2012 los denominados‘cuidadores familiares’ –unas 180.000 personas– que recibían ayudas de entre 400 y 500 euros aproximadamente al mes vieron cómo se reducían esas cantidades en una media del 15% y cómo la Seguridad Social dejaba de cotizar por ellos (entre 80 y 150 euros al mes) para reforzar la figura del ‘cuidador profesional’.

Los cuidadores junto a la medicación, son los mayores gastos a los que se tienen que afrontar la familia del dependiente. El convenio de 2010 estipulaba que un cuidador profesional debía ingresar 872,30 euros brutos/mes, pero esa cantidad es muy variable dependiendo del horario, la disponibilidad,… En esta web puedes encontrar más información sobre el sector profesional de atención a dependientes, la formación necesaria, etc.

Adaptar un piso para una persona con problemas de movilidad también puede suponer otra gran inversión para la que el Estado contempla una serie de ayudas, disponibles en este informe. Hay muchas reformas e instalaciones en las que pensar, desde un teléfono especial con teclas accesibles, que puede costar desde 10 euros, a una cama articulada, que como poco nos constará 200 euros, con lo que el gasto es muy variable.

Fintonic puede ser una gran ayuda para planificar los ingresos y los gastos en caso de que exista uno o varios miembros dependientes en la familia. Su aplicación se encargará de todo, avisando con alertas si hay algún gasto que se descontrola en lo que se dedica al cuidado, ya sea a través de la figura de un cuidador, el ingreso en una residencia (según InfoResidencias, el coste medio es de 1.550 euros al mes), la medicación o el correspondiente seguro sanitario.

Fuente: Expansión

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